Ángel González, “El Huapanguero”, nació el 6 de septiembre de 1956 en
Palomas, Guanajuato.
Desde niño, cuando no había dinero para guitarras,
talló con sus propias manos el sonido que no podía comprar y sembró la
certeza de algún día cantar ante la gente. Hacia 1975 inició su camino,
solo, autodidacta, estudiando el reglamento del Son Arribeño de Guanajuato,
afinando oído y memoria, y aprendiendo a decir poesía primero con versos
ajenos, hasta encontrar su propio timbre.
Con los años forjó un estilo fiel
a la sonoridad arribeña y al formato tradicional del conjunto: dos violines,
una vihuela y una guitarra quinta huapanguera.
A quienes venían detrás les
dejó una consigna sencilla y luminosa, ser constantes, buscar caminos y no
estancarse, una ética que su familia abrazó cuando su talento se hizo
evidente.
Ángel González partió hace pocos años; queda su gran y único legado, un
testimonio vivo del Son Arribeño de Guanajuato que sigue resonando donde la
palabra y el violín se vuelven memoria y la memoria poesía
En Sones Arribeños de Guanajuato, Ángel González, El Huapanguero, abre un horizonte de
versos y cuerda limpia donde la palabra es flecha y el violín, camino. Acompañado por
Los Campesinos de la Sierra, entrega obras originales que caminan con la cadencia del
Son Arribeño de Guanajuato: melodías firmes, cuerdas dialogantes y poesía que mira de
frente a la vida rural, al amor, al orgullo de la propia tierra y a la memoria
compartida.
Cada pieza está compuesta por Ángel y respira el estilo puro del género: dos violines
que llevan la guía, vihuela que repica la trama y guitarra quinta huapanguera que
sostiene el pulso. El resultado es un retrato auténtico del Bajío: música que no presume
artificios, sino oficio, raíz y palabra viva. Este álbum conserva lo esencial y, al
mismo tiempo, invita a nuevas generaciones a escuchar cómo suena el corazón cuando se
afina en arribeño.
Artista/Intérpretes: Ángel González y Los Campesinos de la Sierra
Género: Son Arribeño de Guanajuato
Compositor de todos los temas: Ángel González
Instrumentación característica: 2 violines, vihuela y guitarra quinta huapanguera
Legado: Álbum testimonio del estilo puro del Son Arribeño de Guanajuato